viernes, 11 de junio de 2021

CAPABLANCA por Botvinnik

 


 Capablanca era la antítesis de Lasker.

 Acostumbraba a pasear por la sala después de hacer su jugada.

 Con una sonrisa dibujada siempre en su rostro, saludaba a todo Mundo, era un auténtico caballero. 

Resultaba agradable observarle cuando estaba en el escenario. Jugaba con

rapidez y era extraordinariamente lúcido. 

 Tenía una mirada clara y limpia mientras resolvía situaciones en el tablero. Su creatividad estaba libre de la rutina y su técnica de conducir el juego tenía un nivel muy alto.

 Sus partidas han sido siempre un verdadero acontecimiento para mí. Era un deleite ver la virtuosidad con la que aprovechaba pequeñas ventajas.

 En mis recuerdos guardo a un Capablanca de estilo claro y admirable.

 Él es la personificación de una técnica llevada a la perfección y al automatismo. Con todo, no ha trabajado en el ajedrez menos que otros jugadores.

 Era un hombre de talento extraordinario. Su modo de jugar los finales es considerado el súmmum de la maestría.”

Mijaíl Botvínnik.

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