sábado, 7 de mayo de 2022

♜ Hoy hace 37 años Anatoli Karpov es vencido en Ourense. ♜

   



Anatoli Karpov, campeón del mundo de ajedrez, visita Orense invitado por la Diputación. 

  El acto central de su estancia fueron las partidas simultáneas que disputó en el Pabellón frente a 25 ajedrecistas gallegos, 13 de ellos orensanos. 

  Sorprendentemente, el campeón perdió dos de las partidas, ambas frente a dos coruñeses.

  La estancia en Orense en 1985 del campeón mundial de ajedrez, el soviético Anatoli Karpov, revolucionó a los muchos aficionados orensanos que durante unas horas disfrutaron de su juego y sus conocimientos. En una deliciosa crónica, el llorado Luis Rivas lo describía como joven -tenía 34 años- 'pequeño, melenudo y suave de movimientos corporales y con las fichas'. El acontecimiento se celebró en el Pabellón Municipal.

  Comenzó con unas simultaneas para niños organizadas por el campeón provincial David Baltar Iglesias, en las que el resultado fue de seis victorias de los chavales y cuatro tablas.

  A las seis de la tarde se iniciaron las simultaneas de adultos en las que Karpov se enfrentaba a 25 tableros ocupados por los orensanos: Rafael Outumuro, David Baltar, Marcos Lorenzo Durán, Antonio Baltar Santos, CarlosLiteras Foncel, Sergio Nieto Gómez, José Rodríguez Peña, José Luis Relova, José Rivera Rivera, Joaquín Bello, Delmiro Castro Becerra, Enrique García Osma y Ramiro Ruiz Quintana, además de un lucense, cinco coruñeses y seis pontevedreses. De mirones estaban: Raul de la Casa de los Lentes, Julito Losada, Vázquez Conde, Santos Oujo y Victorino Núñez. Karpov jugó de pie durante casi cinco horas y les ganó a casi todos.

  Por cada encuentro el ajedrecista ruso cobrará 2.000 dólares, aunque el precio real es de medio millón de pesetas, al sumarle los gastos de desplazamiento y estancia del campeón y un intérprete.

  Posteriormente hubo una cena en el San Miguel con veinte aficionados en la que el campeón se mostró muy hablador y buen conocedor de Orense y sus ricas patatas.

  Contó que cuidaba mucho el físico jugando al fútbol, nadando y entrenando con la selección de hockey de su país, que colecciona sellos y le gusta mucho el teatro. Opinó que la edad ideal para un buen ajedrecista está entre los 29 y los 42 años. Hizo propaganda de su país, Rusia, y no evitó dar opiniones políticas sobre el mismo líder Gorbachov.

  Después de casi cinco horas de pie y en tensión, el lider se cenó cuatro platos, postre y una botella de Ribeiro blanco. Simpático, próximo a todos, su despedida por escrito del doctor Relova, aficionado orensano fué la siguiente: 'Querido doctor: espero que siga conservándose también. Le encuentro como hace 12 años en mi anterior visita a Orense'.

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