miércoles, 17 de abril de 2024

♜Firouzja pide que castiguen al árbitro que lo advirtió por el ruido de sus zapatos♜



No es normal que un árbitro se queje del ruido que hacen los zapatos de un ajedrecista, menos aún que este pida en público que los organizadores castiguen al juez por su acción. Alireza Firouzja, denunció en la red social X (Twitter) el comportamiento de Aris Marguetis . Este explicó después que solo había reaccionado a la protesta de otro de los jugadores el azerí Nijat Abasov. Añadió que su obligación era proteger a los otros ajedrecistas y confirmó que Firouzja estaba paseando «demasiado fuerte».



El francés, entretanto, jugaba contra el ruso Ian Nepomniachtchi, colíder del torneo, quien volvió a salvarse en una posición difícil. ¿Lo dejó escapar Firouzja porque su polémica lo sacó mentalmente del tablero? Su comunicado fue muy duro: «Acción vergonzosa del árbitro principal Marghetis hacia mí durante el juego. A mitad de partida, en el momento más intenso, cuando caminaba mientras Ian pensaba su jugada, el árbitro principal se acercó a mí y me dijo que no caminara más, porque mis zapatos hacían ruido en el suelo de madera. Me dijo que no caminara y que trajera zapatos nuevos para mañana, pero mis zapatos han sido aprobados y los uso desde hace más de un año. Esto me supuso una gran distracción durante la partida y perdí completamente la concentración. Le dije a uno de los organizadores que este árbitro debe ser castigado».


Cabe recordar que en el último torneo de Candidatos, en el Palacio de Santoña de Madrid, una de las mayores preocupaciones de los organizadores era precisamente el ruido que se producía con los paseos de todo el mundo, no solo de los ajedrecistas. Entonces se resolvió en parte el problema colocando varias capas de alfombras sobre el suelo de madera. En Toronto se juega también en un edificio muy antiguo, The Great Hall, construido en 1889.

El árbitro principal, Aris Marguetis, confirmó en una breve entrevista que en la sala de juego «los suelos chirrían un poco y los jugadores están acostumbrados». En el caso de Alireza Firouzja, sin embargo, sus pisadas eran «muy pesadas» y Marguetis aseguró que se dio cuenta antes incluso de que otro jugador le transmitiera su queja. «Sus pisadas se podían oír, sonaban como si llevara botas. No sé qué palabra usar, pero eran fuertes, por así decirlo. Entonces comencé a preocuparme un poco».



«Como árbitro principal, tengo algunas responsabilidades», explicó el árbitro. «Una de ellos es proteger a todos los jugadores, el torneo y la integridad del juego. Tuve que tomar una decisión: ¿está molestando más de lo que yo le molestaría a él?». Así que decidió comentárselo al jugador, en susurros y de forma discreta le sugirió que acotara sus paseos o cambiara de calzado: «Tal vez mañana, si tienes unos zapatos más suaves, podrías considerar probarlos. Eso es todo lo que hice. Hice dos sugerencias. De ninguna manera le di un ultimátum».

Firouzja no dijo nada en ese momento, en el que los ajedrecistas todavía no estaban apurados de tiempo, pero regresó más tarde y «adoptó una postura que no era cómoda», según la versión del árbitro. «Quizás presente una apelación por haberme distraído», le dijo.

La protesta de Firouzja huele un poco a pataleo, o a taconeo, aunque el gran maestro de origen iraní añadió alguna explicación más: «Son unos zapatos de hombre normales. En el Candidatos femenino llevan tacones y los árbitros no hacen nada».

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