miércoles, 4 de agosto de 2021

Mentes prodigiosas del ajedrez.

 


  Julio González, Dan Cruz y Ángel Paredes se hicieron amigos desde la adolescencia lidiando entre peones, torres y alfiles.
  Los tres juntos idearon la sorprendente prueba con la que Julio y Dan se clasificaron para la fase final del concurso de Antena 3 en la que tuvieron que memorizar unas 11.500 jugadas de ajedrez pertenecientes a 200 partidas.

  Ángel les ayudó a prepararla pero finalmente no acudió, ya que, coincidió con el nacimiento de su hija. 

 Este santiagués tiene 43 años y empezó a jugar a los 4 con su hermano mayor como profesor. 

 La mente brillante de Ángel comenzó a lucir desde sus primeros años en el colegio, donde destacó por sus altas notas y consiguió la calificación más alta de toda España en el Bachillerato.





  Las matemáticas siempre fueron su pasión y se alzó a los 17 años con los premios gallego y español de la Olimpiada de Matemáticas. 

  Después pasó a la fase internacional, que se celebró en Canadá, y consiguió una medalla de bronce, y a la Iberoamericana, que tuvo lugar en Chile, donde logró otra de plata. "Fueron unos viajes geniales donde conocí a mucha gente y lo pasamos muy bien", recuerda. También ganó la Olimpiada gallega de Física y quedó tercero en la española.
 Estudió precisamente Física en Santiago y fue el primero de su promoción. Tras pasar varios años investigando en universidades de París, Utrech y Barcelona, tiene una beca Ramón y Cajal en la Facultad de Ciencias de Ourense.

"La mente se desarrolla a base de ganas y entrenamiento; la mayoría de las habilidades no son innatas", asegura. Julio está de acuerdo con él. Este lucense de 42 años es también investigador posdoctoral Ramón y Cajal, pero en la Facultad de Matemáticas de la Universidade de Santiago. También aprendió a jugar al ajedrez de niño, viendo a su padre y a su hermano hacerlo.

   Las matemáticas fueron su obsesión desde Primaria "cuando ya quería ser profesor". Actualmente se considera un "afortunado" por poder trabajar en lo que más le gusta. "Investigo sobre la teoría de juegos y optimización, que consiste en llevar al límite las implicaciones del comportamiento racional", describe. Ahora solo juega al ajedrez de vez en cuando, "y no hago ni un sudoku, ya doy demasiado al coco en la universidad", justifica riendo.

  Dan Cruz, el tercero de este triángulo ajedrecístico, es también santiagués y tiene 44 años. Estudió dos cursos de Económicas, una carrera que no le convenció, y ahora se atreve con Historia. Ha ganado varios campeonatos de España de ajedrez y sus compañeros aseguran que es el que tiene más memoria.

 Dan es profesor de ajedrez desde hace 20 años y destaca los beneficios que esta actividad tiene tanto para los niños como para personas de la tercera edad, con quienes ha comenzado hace poco a trabajar como método para prevenir problemas degenerativos de la capacidad cognitiva. "A los niños les aporta disciplina y les enseñar a esperar con paciencia y a tomar decisiones, además de desarrollar conceptos matemáticos y geométricos", destaca el profesor.

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